Samaniego respondió a las preocupaciones planteadas por Karen Leguizamón, presidenta de la Asociación de Importadores de Frutas y Hortícolas, quien denunció dificultades para importar productos como el tomate, lo que afecta la provisión y los precios en el mercado local.
“Nosotros somos los certificadores de la calidad y la sanidad. No somos los reguladores”, afirmó Samaniego. El titular de Senave señaló que la atribución de regular la importación corresponde al Ministerio de Agricultura y Ganadería, específicamente al Departamento de Comercialización, que evalúa la necesidad de abastecimiento nacional y otorga los certificados previos de importación.
Samaniego recordó que la administración anterior desvirtuó el rol institucional de Senave, al asumir funciones que no le correspondían. “Hoy volvimos a nuestro rol principal, que es el de cuidar el ingreso”, explicó. Mencionó que las denuncias por coimas contra su antecesor derivaron en un proceso judicial, lo que obligó a reordenar las funciones institucionales.
“Nosotros estamos trabajando en transparentar principalmente la institución”, aseguró, e indicó que mantuvo reuniones con Karen Leguizamón, con CAPASU y con otros gremios de importadores y comercializadores, para socializar el verdadero alcance de las competencias de Senave.
El titular del ente detalló que los controles fitosanitarios se realizan en 25 puntos de ingreso al país, mediante inspecciones visuales y toma de muestras. “Nos basamos netamente en la calidad del producto”, afirmó. Estos controles se aplican tanto a productos importados como exportados, y buscan garantizar la sanidad vegetal y evitar el ingreso de plagas.
Samaniego informó que la institución cuenta con cerca de 500 funcionarios, distribuidos en oficinas regionales y dependencias operativas. “En cada dependencia hay entre 3 a 5 personas”, precisó.
Explicó que la autorización para importar frutas y hortalizas depende exclusivamente del Ministerio de Agricultura, que evalúa la producción nacional y la demanda del mercado. “Ellos son los que ven la necesidad, si hay o no abastecimiento nacional, y de acuerdo a eso otorgan la cantidad”, indicó.
El proceso se inicia con la Acreditación Fitosanitaria de Importación, que determina si se puede importar y en qué volumen, según la situación del mercado interno. Senave interviene únicamente en la etapa de control técnico, una vez que el producto llega a frontera.