Fresco explicó que el fentanilo es un analgésico sintético extremadamente potente, y que su uso médico adecuado debe ser estrictamente controlado por su alto nivel de dependencia.
“El fentanilo forma parte de un grupo que se llama opioides, como la morfina o el demerol. Es un medicamento, un analgésico muy potente, aproximadamente 100 veces más fuerte que la morfina”, afirmó el especialista.
Sin embargo, remarcó que su uso fuera de contextos médicos puede derivar en una dependencia física difícil de controlar. “Como todos los opioides, genera una compulsión muy fuerte, y la persona hace cualquier cosa por conseguir la sustancia”, alertó.
Explicó que el fentanilo desató una epidemia devastadora en Estados Unidos, donde se reportaron miles de muertes por sobredosis en los últimos años.
“Hay una epidemia enorme que está generando alarma. El fentanilo se convirtió en uno de los mayores causantes de muertes relacionadas con el consumo de drogas en ese país”, aseguró.
Según el psiquiatra, el efecto inmediato del fentanilo en el organismo es un estado de bienestar extremo, lo que contribuye a su alto grado de adicción.
“Produce una sensación muy placentera. La morfina, por ejemplo, viene de la palabra ‘sueño’. La persona se siente bien, muy bien, y eso refuerza el deseo compulsivo de repetir la dosis”, explicó.
Indicó que, históricamente, el consumo de opioides en Paraguay fue limitado, y se observó principalmente en profesionales vinculados al ámbito médico, como anestesistas, enfermeros y médicos.
“En general, en Paraguay el tema de los opioides nunca fue un problema estructural, pero sí hubo casos aislados, sobre todo dentro del sector médico”, relató.