“No es solamente estar triste. Es un trastorno de salud mental que afecta profundamente a la persona. Hay una sensación de vacío muy importante, pérdida de placer, insomnio, falta de apetito y mucho sentimiento de culpa”, afirmó. La especialista señaló que muchas veces la sociedad responde con frases como ‘poné de tu parte’, sin comprender que la depresión va más allá de la voluntad individual.
Riego explicó que existen formas graves de depresión, como la depresión psicótica, en la cual el paciente pierde el criterio de realidad. “La persona puede tener ideas delirantes, como creer que sus hijos están poseídos o que van a sufrir algo terrible, y que ella debe salvarlos”, detalló.
Indicó que estos casos extremos pueden derivar en suicidio o en actos desesperados, como el filicidio, cuando el paciente cree que está protegiendo a sus hijos de un destino peor. “Puede escuchar voces, tener alucinaciones, y actuar bajo una lógica distorsionada por el trastorno”, explicó.
Insistió en que la depresión es una enfermedad biológica y heredable, que debe tratarse con medicación y terapia profesional. “Si uno tiene un familiar con depresión, tiene cuatro veces más riesgo de padecerla. Es como la diabetes: multifactorial y tratable”, afirmó.
La especialista reconoció que algunas personas recurren a prácticas religiosas o espirituales, pero aclaró que estas no deben sustituir el tratamiento médico. “Si tenemos convulsiones, no decimos ‘poné de tu parte’. Con la depresión pasa lo mismo. Hay un desequilibrio neurobiológico que se trata con fármacos y acompañamiento psicológico”, sostuvo.
Pidió que los familiares y amigos de personas con depresión eviten juzgar o minimizar el sufrimiento, y que se informen sobre el trastorno. “Muchas veces nos enojamos con nuestros familiares que tienen depresión, sin entender de qué se trata. La red de apoyo debe ser empática y consciente”, recomendó.