El director de Meteorología e Hidrología, Eduardo Mingo, analizó las características únicas del frío en Paraguay que provocaron comentarios en redes sociales de extranjeros sorprendidos por la intensidad de la sensación térmica, a pesar de que las temperaturas no sean extremas en comparación con otras regiones del mundo. Además, explicó por qué en el país no nieva, incluso cuando se registran valores bajo cero.
“Creo que pasa mucho por la infraestructura”, afirmó Mingo al abordar la percepción extendida de que el frío paraguayo “es peor que en Europa”. Indicó que, a diferencia de otras latitudes, Paraguay no cuenta con sistemas urbanos calefaccionados, lo que hace que el impacto del frío sea mayor para quienes viven, trabajan o circulan al aire libre.
“Allá están acostumbrados a ir en el metro y está todo tibio. Salen unos segundos y ya llegan a su local. Nosotros somos más ‘team verano’”, ironizó.
Mingo explicó que Paraguay se encuentra en una zona seca y plana, lo cual intensifica la pérdida de calor corporal. “No es lo mismo el frío de estepa que el marítimo. Si mirás al agua, el aire húmedo tiene otro impacto térmico en el cuerpo”, sostuvo.
Según su análisis, la geografía nacional y la ausencia de barreras montañosas permiten que el aire frío entre con facilidad y se acumule en las madrugadas, generando condiciones gélidas con alta exposición directa.
Explicó que hay fríos continentales y fríos marítimos, y la forma en que se perciben depende mucho del lugar de origen del individuo y del tipo de frío al que está acostumbrado. Esa combinación de clima seco, plano, infraestructura no térmica y poca cultura del abrigo genera una experiencia más cruda y directa del invierno paraguayo.
Respecto a por qué no cae nieve en Paraguay, pese a registrar temperaturas cercanas a 0 °C en el invierno, Mingo fue categórico. “Nuestros fríos más extremos se dan con cielos despejados”, explicó. Y ese es un factor determinante: para que nieve, se necesita una nube cargada de humedad a baja altitud y temperaturas muy frías tanto en superficie como en las capas intermedias de la atmósfera.
“El aire tiene que estar a –10 a –15 grados a unos 300 o 400 metros de altura, y acá sí tenemos esos valores, pero cuando los cielos están despejados. Para que haya nieve, necesitamos nubosidad, y eso no ocurre cuando se dan nuestras mínimas extremas”, detalló.
Por lo tanto, la ausencia de condiciones de convección y la estabilidad atmosférica en los días fríos imposibilitan la formación de nieve, explicó el experto.