Pablo Hernán Yurtz, argentino de 35 años, estaba en su garita en una zona del asentamiento Belén cuando fue interceptado por cuatro sujetos armados.
Él quiso apuntar con su escopeta y rápidamente los criminales lo balearon provocándole la muerte. Se llevaron su arma y luego los delincuentes fueron hasta la casa de un pasero.
Allí le exigieron la entrega de cajas de celulares que supuestamente llevaba hasta Brasil a lo que el pasero respondió que solo moviliza ropas y frazadas.
Al no encontrar el botín, los malvivientes huyeron. El fiscal del caso, Gabriel Segovia, comentó que hay una cámara de circuito cerrado que muestra el momento del asesinato del guardia de seguridad.