La jueza Luz Rosana Bogarín ha brindado detalles reveladores sobre las recientes inspecciones judiciales en penitenciarías, desmintiendo categóricamente las declaraciones del ministro de Justicia, Nicora, quien sugirió que las acciones de las juezas frustraron una “investigación mayor”.
Se encontraron celdas “diferenciadas” a solo 20 metros de la entrada de la penitenciaría, equipadas con cocina, comedor y sala de estar.
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También había refrigeradores, televisores e incluso una heladera llena de caña. En uno de los pabellones, se descubrió una puerta interna que conectaba con otros pabellones, sugiriendo una red más compleja de accesos y movimientos no autorizados.
“A casi más o menos 20 metros de la entrada de la penitenciaría estaban estas celdas diferenciadas”
Incluso áreas destinadas a visitas conyugales, “las privadas”, estaban siendo utilizadas como celdas privadas permanentes para internos.
La magistrada comentó que durante la inspección, el director del penal, Humberto René Gómez, mostró una clara falta de cooperación. Se negó a firmar el acta de la inspección con la contundente excusa de que “no se va a poner la soga al cuello” y que ningún funcionario suyo lo haría tampoco.
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Gómez intentó disuadir a las juezas de visitar ciertas áreas calificándolas de “peligrosas” y que queda bajo responsabilidad de las magistradas ir hacia esa zona, precisamente donde se encontraron más irregularidades.