La senadora Celeste Amarilla habló de su carácter polémico en el Congreso y dijo que no es clasista ni tiene un personaje, sino que es “un poco atolondrada” y que hace comentarios para “molestarle al enemigo resentido”. Sobre el diputado Bachi Núñez, la legisladora liberal dijo que “es todo lo que desprecia en una persona”.
“No soy clasista, para nada. Quien dice eso no me conoce completamente. Y no queda bien que yo dé ejemplos, pero los que me conocen saben perfectamente quién soy”, afirmó, y reconoció que a veces traspasa los límites con sus expresiones, pero que lo hace por la ira que le provocan los parlamentarios corruptos e ignorantes.
“Realmente me superan, y entonces ahí cometo excesos”, admitió, y aseguró que no le tiene miedo a nadie, aunque su familia y su entorno estén preocupados por su seguridad. “Yo creo que van a llegar a sacarme del parlamento, creo que no voy a terminar los cinco años. Pero hasta ahí”, manifestó.
Amarilla también reveló que tanto Bachi Núñez como Iván Rivas le ofrecieron dinero para que se callara y dejara de criticarlos. “Yo no recibí una coima en mi vida. Él (Bachi) ya me ofreció ¿Qué querés para callarte? Iván Rivas me hizo ofrecer ¿Qué querés para parar de hablar de él? Y le dije no quiero nada que ustedes me puedan dar”, contó.
La senadora no guardó adjetivos para referirse a su colega de la ANR Basilio “Bachi” Núñez, a quien considera su principal antagonista. “Bachi representa todo lo que yo desprecio en una persona. Está todo junto en esa humanidad amorfa que tiene. Le desprecio a Bachi Núñez. Es un colorado de periferia bruto, seccionalero bruto. Es corrupto, impune, soberbio, prepotente. Tiene la prepotencia de la ignorancia. Es ignorante. Es ladrón. Es gordo. A los gordos les odio”, expresó.
Amarilla dijo que no le importa lo que digan o hagan sus detractores, y que seguirá denunciando las irregularidades y las injusticias que ve en el Congreso. “No soy un personaje. Solamente que les agredo como sé que les duele”, declaró.