05 dic. 2025

Psiquiatra: “el feminicidio es una conducta racional y planificada, no una enfermedad mental”

El psiquiatra Julio Torales aseguró que el feminicidio no debe ser interpretado como resultado de una enfermedad mental, sino como una conducta racional, planificada y sostenida por patrones culturales patriarcales, cuyo origen debe buscarse en la construcción social del poder masculino.

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El especialista rechazó que el crimen contra mujeres en contextos de pareja sea un “impulso repentino” y afirmó que la mayoría de los casos muestran plena conciencia del acto por parte del agresor.

“Sería muy simplista decir que se trata de una cuestión de enfermedad mental. El feminicida sabe perfectamente lo que hace, elige el momento, planifica su accionar y muchas veces intenta ocultar pruebas o quitarse la vida”, sostuvo. Torales aclaró que esa planificación demuestra capacidad de juicio, aunque esté influida por una emocionalidad desbordada.

Desde una perspectiva clínica, explicó que el feminicida busca ejercer control absoluto sobre la vida de la mujer, y reacciona con violencia extrema cuando percibe que pierde ese dominio. “Cuando siente que el control se pierde, ya sea por separación, infidelidad real o imaginada, o por el hecho de que la mujer ya no le pertenece, reacciona con violencia extrema”, advirtió.

El especialista señaló que en muchos casos existe un historial prolongado de violencia, maltrato, celos patológicos, acoso y amenazas, que se consolida como un vínculo violento a lo largo del tiempo. Por ello, afirmó que el crimen no emerge de la nada, sino como una escalada planificada.

Puntualizó que algunos agresores sí presentan trastornos de la personalidad, como el antisocial, narcisista o límite, y que en un número reducido puede haber casos de delirio celotípico, aunque aclaró que la mayoría no corresponde a trastornos psicóticos.

El psiquiatra situó el origen del feminicidio en la estructura cultural que normaliza la supremacía masculina. “Nuestra primera escuela es la familia, y la cultura donde está inserta. Los patrones culturales se aprenden. Bandura lo explicó muy bien: somos reflejo del ambiente que nos forma”, explicó.

Señaló que esa cultura enseña que el varón posee el cuerpo de la mujer, y que su pérdida de control representa una afrenta personal. “La palabra ‘cornudo’ molesta más que cualquier otra, porque representa la pérdida de una parte identitaria: la del dominio sobre la mujer”, señaló. Aclaró que si bien existen mujeres homicidas, la proporción es mínima frente a la cantidad de muertes femeninas por violencia de género.

Para desmontar los fundamentos del feminicidio, Torales insistió en que el abordaje debe empezar desde la infancia, rompiendo con roles de género impuestos. “Hay que empezar temprano, cuando asignamos al varón el rol de proveedor, de autoridad incuestionable, de dueño del cuerpo ajeno”, afirmó.

En ese sentido, señaló que la sociedad romantiza los celos, valida la violencia como defensa del honor y margina al varón que no domina o controla a su pareja, reforzando una cultura que favorece la idea posesiva y deshumanizante.

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