El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, analizó la crisis que enfrentaron los productores de tomate y cebolla, quienes denuncian que sus productos se pudren en las fincas por falta de mercado. Cristaldo señaló que el problema tuvo varias aristas. “El tema del contrabando es uno, pero no es solo eso, está el tema de la concentración de la producción en un corto período de tiempo”, explicó.
El dirigente indicó que el consumo mensual de cebolla en el país es de cinco millones de kilos, pero la producción alcanza siete millones, lo que genera un desfasaje. “Es una crisis de crecimiento, aumento en la producción sin aumento en la demanda interna. Lo que te queda es empezar a proyectar, salir para afuera, que es lo que se está haciendo tímidamente, pero falta consolidar toda esa cadena”, afirmó.
Reconoció que la cadena frutihortícola es débil en la parte comercial y que los productores quedan sin compradores. “La gente siembra con la expectativa de producir, vender y ganar, y no vender a pérdida. Hace unos años los productores de tomate estaban en la rotonda de Caaguazú, antes venían a comprarles y ahora no viene nadie. Cuando el comprador desaparece, no tienen ni con quién hablar”, relató.
Sobre la calidad para exportar, Cristaldo sostuvo que la producción es buena, pero faltan clasificadoras y capacidad de procesamiento. “No hay clasificadoras y por eso se mezcla mucho en los supermercados. No tenemos capacidad suficiente para procesar internamente, para conserva u otra forma del tomate”, explicó. Añadió que la fragmentación entre productores dificultó generar volumen con calidad suficiente. “En el sector de la banana se comenzó con esa problemática, pero se organizaron lo suficiente y ahora están exportando con fluidez”, diferenció.