“Hasta antes de Milei, los paraguayos iban a comprar a Argentina porque estaba muy barata. Ahora, con la normalización del mercado cambiario, vemos que el flujo se invirtió: los argentinos vienen a comprar a Paraguay”, explicó Ferreira.
El especialista destacó que el comercio local se transformó en el sector que actualmente “mueve la aguja” del crecimiento, y que ese fenómeno explica en buena parte el ajuste en las proyecciones económicas para 2025.
Ferreira también describió cómo la distorsión cambiaria previa en Argentina —donde coexistían un tipo oficial y uno informal, o “blue”— actuó como una forma de subsidio indirecto para el consumidor paraguayo.
“La brecha era del 100%. Uno cruzaba la frontera, cambiaba dólares al blue y tenía el doble de poder de compra. Eso permitió una entrada de productos baratos que impactó en los precios locales”, señaló.
En ese contexto, alimentos básicos, combustibles y productos de consumo masivo ingresaron a Paraguay informalmente, generando una atmósfera de precios bajos que hoy ya no se sostiene.
Según el economista, la desaparición de esa distorsión elevó rápidamente los precios reales, y la inflación alimentaria superó el 9,5% en junio, más del doble del índice general. El caso de la carne fue aún más grave, con una variación interanual del 22%, detalló.
Ferreira explicó que el alza en productos esenciales afecta especialmente a las personas de bajos ingresos, cuya proporción de gasto en alimentos es significativamente mayor. “Cuanto más bajo es el ingreso de una persona, mayor porcentaje va a alimentos. Cuando hay inflación en ese rubro, el golpe es mucho más fuerte”, advirtió.
Si bien el gobierno paraguayo celebró el ajuste de las proyecciones como resultado de sus políticas, Ferreira matizó la lectura oficial al señalar que el principal dinamismo provino de factores externos y no de cambios estructurales internos.
“Hay varios sectores que crecen, pero el comercio es el sector grande que mueve la aguja. Y ese crecimiento se debe a la reversión del flujo comercial por las decisiones del gobierno argentino”, afirmó.
El especialista también recordó que los efectos del subsidio argentino desaparecieron, y que el país debe enfrentar ahora los desafíos de una inflación más estructural, especialmente en el rubro de alimentos que impacta directamente en el bienestar de los sectores más vulnerables.