“Seguimos en la misma línea. Para nosotros es muy importante que esto esté funcionando y que podamos tener a los mejores dentro del sistema. Esa es la clave”, afirmó Ramírez. El ministro reconoció que el porcentaje de aprobados aún es bajo, pero sostuvo que la exigencia es parte de una transformación profunda de la formación docente.
En total, 15.354 docentes se presentaron al concurso en distintos niveles. En el caso de Educación Inicial, solo 521 de los 2.274 postulantes aprobaron (23%). En Educación Escolar Básica, 1º y 2º ciclos, hubo 5.338 docentes, con solo 1.411 aprobaciones, lo que representa un 73,5% de aplazo. Para el tercer ciclo y Educación Media, rindieron 7.742 profesionales, y aprobaron 2.615 (34%).
Ramírez atribuyó los resultados a un cambio de enfoque en la evaluación. “Estamos saltando del almacenamiento memorístico a la comprensión. Es un proceso que nos va a llevar tiempo. No vamos a trasladarnos rápido a ese escenario”, explicó.
Para el ministro, el desafío implica transformar las mallas curriculares en los institutos formadores y generar docentes que dominen el uso y aplicación del conocimiento, no solo su repetición.
“Hay maestros que se han preparado, han trabajado y han notado diferencias. Eso, lejos de ser negativo, le hace un bien enorme al sistema educativo”, subrayó.
Aclaró que los docentes reprobados no quedaron fuera del sistema definitivamente, sino que podrán rendir en nuevas convocatorias. “Tienen que esperar el próximo examen, que vamos a hacerlo. Es importante tener la posibilidad permanente de rendir y de acceder”, señaló.
Celebró que bajo su gestión se hayan realizado más de 24 concursos en dos años, rompiendo el paradigma de inaccesibilidad a la carrera docente. “Cuando yo llegué, me decían ‘no se pueden hacer concursos’. Yo dije ‘¿cómo no se puede hacer?, tenemos que hacerlo’. Y lo hicimos”, afirmó.
Ramírez garantizó que el proceso de evaluación se llevó a cabo con estrictos controles, minimizando cualquier posibilidad de irregularidades. “Yo, a la madrugada, cuando se va a imprimir las cuatro filas, decido qué fila le toca, qué ciudad se imprime. Eso se va a las cinco de la mañana. El margen para venta de examen hoy está reducido casi a cero”, aseguró.
Calificó el concurso como una noticia estructural positiva, al poner en marcha un sistema “serio, rígido, y casi invulnerable”, que motiva a los docentes a prepararse mejor y recuperar confianza en el acceso por méritos.
“El maestro se está acostumbrando. Algunos ya se preparan, y otros tendrán que seguir preparándose para poder entrar al sistema”, concluyó el ministro.