El profesional explicó que la ciudad quedó completamente arrasada en términos de salud, agronomía, redes sanitarias y estructuras comerciales. “No hay nada en Gaza ahora, peor con el bloqueo. Comenzamos con ataques muy fuertes que han destruido todo. La gente perdió sus casas, negocios, fuentes de vida. Ya casi el 90% vive en carpas”, afirmó.
El médico contó que la población enfrenta una hambruna severa, con alimentos escasos y precios inalcanzables. “Apenas hay algunos tomates, pepinos y berenjena. Cuestan entre 25 y 30 veces más de lo normal. Cada día luchan por conseguir harina para hacer pan. El pan es el tema más crítico aquí”, relató.
Aseguró que muchos mueren intentando buscar comida o agua, incluso en operativos de ayuda humanitaria. “Cada día mueren entre 50 y 100 personas buscando harina o algo de comer. Supuestamente iban por ayuda, pero disparan a sangre fría”, denunció.
El médico también narró su experiencia personal: “Ayer conseguí tres cebollas y un kilo de berenjena. Es todo lo que pude comprar, y a un precio altísimo”.
La situación afecta especialmente a los niños, que enfrentan malnutrición, falta de medicamentos y condiciones sanitarias deplorables. “No entra nada de medicación. Los niños están sufriendo enfermedades y lloran por un pedazo de pan”, dijo.
El profesional explicó que los hospitales están destruidos en un 90%, y que los pocos centros médicos que funcionan lo hacen en condiciones mínimas.
“Ahora solo trabajamos algunos médicos. Los hospitales fueron saqueados, bombardeados o evacuados. La noche pasada no dormimos por los ataques. Misiles, artillería, ruido constante en el cielo. Vivimos así cada noche”, relató.
Describió que la vida cotidiana se convirtió en una lucha por sobrevivir. “La gente se despierta para salir a buscar comida y agua. No hay gasolina, no hay diésel, no hay alcantarillado. Viven entre ratas, moscas, calor extremo”, señaló.
La mayoría de la población está enflaquecida y debilitada. “Muchos bajaron entre 10 y 30 kilos. Hace meses no vemos carne, pollo, pescado ni leche. Vivimos de lo que se puede: un poco de berenjena, pepino y pan, si hay”, afirmó.
Alathamna insistió que la situación que se muestra en medios es apenas un reflejo tenue de la realidad. “Lo que se ve en la televisión no es nada comparado con lo que sufrimos en nuestras casas: sin comida y apenas con algo de agua”, concluyó.
En el marco del conflicto armado que mantiene con el grupo islamista Hamas, Israel procedío al bloqueo total, destrucción masiva de infraestructura civil y restricciones al ingreso de ayuda humanitaria.
El Programa Mundial de Alimentos (WFP) y UNICEF alertaron que 470.000 personas enfrentan hambre catastrófica y toda la población sufre inseguridad alimentaria aguda.
La ONU denunció que Israel bloqueó sistemáticamente el ingreso de ayuda, incluso cuando los suministros estaban listos en la frontera. Más de 71.000 niños menores de cinco años y 17.000 madres necesitan tratamiento urgente por desnutrición aguda.