Ramírez aclaró que no se trata de una medida improvisada, sino de un esquema ya contemplado en el sistema educativo nacional. “Hay de todo realmente, el espectro es muy variado porque por zona también cambia mucho la actividad”, indicó Ramírez. Afirmó que esta descentralización permite que los consejos departamentales de educación tomen decisiones acordes a sus realidades climáticas, sociales y económicas. “Cada consejo puede definir la suerte y la organización que mejor se adapte a su zona”, explicó.
Recordó que el Ministerio de Educación ya aplicó este tipo de adaptaciones en años anteriores, por ejemplo, en zonas con zafra agrícola. En esos casos, se permitió el reajuste del calendario para facilitar la participación familiar y comunitaria en actividades clave, sin comprometer los contenidos curriculares. “Las escuelas pueden tener su ritmo y tomar decisiones si hay acuerdo total de la comunidad a través del equipo de gestión institucional. Eso es clave para evitar decisiones unilaterales”, afirmó.
El titular de la cartera educativa admitió que este tramo del calendario lectivo es particularmente complejo, ya que julio es tradicionalmente un mes de evaluaciones y devolución de resultados pedagógicos. “Es una etapa de exámenes y pruebas. Los chicos y los maestros ya organizaron su tiempo con ese enfoque”, explicó. Pese a ello, reconoció que “el calendario se puede mover” y las escuelas pueden recuperar los días perdidos bajo esquemas flexibles.
Señaló que algunas instituciones ya implementaron recuperación de clases los sábados o en horarios vespertinos, tal como lo hacen colegios católicos durante la Semana Santa. “Eso no es una invención reciente. Se hace desde hace mucho tiempo y este año también se aplicó”, recordó.
Cualquier cambio en la rutina escolar debe contar con una propuesta formal presentada a la supervisión zonal, aclaró el ministro. Subrayó que los ajustes pueden incluir sábados alternativos, turnos extendidos o pausas estratégicas, siempre que se garantice el cumplimiento del plan de estudios.
“Si una escuela tiene posibilidad de recuperar a la tarde, lo puede hacer. Solo debe presentar un proyecto sencillo a la supervisión”, explicó.