La licenciada enfatizó que el suicidio es a menudo un tema tabú, pero su prevención es posible si se conocen las señales y cómo actuar. Durante su intervención, desmintió varios mitos comunes que dificultan la ayuda efectiva:
- “Solo quiere llamar la atención” - Falso. La evidencia científica demuestra que entre el 70% y el 80% de las personas que anuncian o mencionan deseos de no seguir viviendo, lo terminan realizando. Estas verbalizaciones son un pedido de ayuda, que requiere que nos acerquemos y hablemos sobre cómo se sienten.
- “Si hablo del suicidio, le daré ideas a la persona” - Falso. Hablar abiertamente e incluso preguntar directamente "¿pensaste en matarte o hacerte daño?” puede colaborar y ayudar a la persona a conversar sobre sus sentimientos. El suicidio es un proceso caracterizado por un dolor emocional y desesperanza, y no se resuelve con meros razonamientos positivos.
- “El suicidio ocurre de repente y sin señales” - Falso. La persona siempre da algunas señales, aunque a menudo no se identifican. Estas pueden incluir cambios bruscos en el estado de ánimo, aislamiento social, regalar objetos importantes, hablar de sentirse una carga, o hacer conversaciones referentes a no querer seguir viviendo. Es crucial tomar atención a estos cambios y buscar ayuda profesional.
- “Las personas que intentan una vez no lo volverán a hacer” - Falso. Una persona que ya lo intentó tiene una mayor probabilidad de volver a intentarlo y lograrlo. En estos casos, la compañía, supervisión y acompañamiento terapéutico son esenciales.
La psicóloga también aclaró que no siempre una persona que se suicida padece un cuadro depresivo o un trastorno de personalidad.
La persona en crisis ve una “visión de túnel” y no encuentra una salida o señal de esperanza, por lo que la tarea del entorno y los profesionales es ayudar a encontrar esa salida.
La Lic. Jazmín subrayó la importancia de la prudencia al informar sobre casos de suicidio. Los medios deben informar sin dar muchos detalles sobre cómo se dio el hecho y, en contrapartida, siempre enfocarse en la prevención y en las señales que las personas deben tener en cuenta para buscar ayuda profesional.
Además, se abordó la ética profesional: si un paciente manifiesta un deseo y plan suicida, el profesional tiene la obligación legal de informar a los familiares para salvar la vida de la persona, ya que esta se encuentra en un estado de “visión de túnel”.
La psicóloga reiteró que no hay una edad específica de mayor riesgo, sino que tiene que ver con las situaciones que se vivencian y la falta de recursos o habilidades para afrontarlas, así como el sentimiento de soledad.
Las personas que han pasado por estas crisis pueden mejorar con acompañamiento profesional, aunque es un proceso. La prevención es fundamental, con charlas y talleres en diversos espacios.
Concluyó que la salud mental es un aspecto crucial y, lamentablemente, no tan atendido en el país, con limitaciones en la cobertura profesional en el ámbito público