Andrés Filártiga, economista, manifestó este lunes que los alimentos y mercaderías no deberían aumentar sus costos al consumidor.
Explicó que la cadena de suministros utiliza los combustibles subsidiados por el gobierno, por lo que no debería incidir en los precios finales.
“El gobierno, con la intención que tiene al subsidiar el diésel, está buscando que la cadena de suministros no tenga un impacto en los precios finales. Todo el sector transporte logró que ese subsdidio esté en el diésel”, indicó.
Afirmó que no sería correcto que se trasladen a los precios finales de las cadenas de supermercados el aumento de G. 1.500 que anuncian los emblemas privados de combustible.