La propuesta surgió durante una reunión del equipo económico, en la que se debatió la posibilidad de desarrollar un índice propio para determinar los ajustes salariales. “Si bien los equipos técnicos ya venían evaluando el método de reajuste, hablando con la gente del Banco Central, se ha planteado poder hacer los estudios y análisis para establecer un propio índice para la medición del reajuste del salario mínimo”, explicó la ministra Mónica Recalde.
Destacó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC), utilizado tradicionalmente como referencia, es un instrumento de política monetaria, y aunque muchos países lo han empleado para reajustes salariales, también han incorporado otros elementos como la variación real de salarios y el Producto Interno Bruto (PIB).
La propuesta surge como respuesta al incremento en el costo de vida, que ha afectado a la población, especialmente en el último cuatrimestre. “Hoy tenemos aproximadamente el segmento de la clase media con un gasto de bolsillo del 90% de su salario solamente en alimentos”, explicó.
A pesar de la existencia de una ley de reajuste del salario mínimo, el gobierno busca abrir un nuevo escenario de análisis técnico, en el que participarán el Ministerio de Economía, el Banco Central, las centrales sindicales y los empresarios. “Son ellos los que finalmente negocian eso”, aseguró la ministra.
El ajuste salarial será debatido a finales de mayo, cuando el sector empresarial y los gremios sindicales establezcan acuerdos sobre el incremento. “Si bien nosotros podemos proponer cuáles serían las medidas más acordes, finalmente serán ellos los que discutan el incremento del reajuste del salario mínimo”, indicó.
Respecto a la fórmula adecuada para la revisión salarial, la ministra reconoció que el país enfrenta un desafío debido a sus bajos niveles de productividad, lo que complica la discusión sobre los salarios. “Nuestro salario está por encima de la mediana de la región, está entre uno de los más altos, y si bien Uruguay ha tenido aumentos, nuestro nivel de productividad es bastante bajo”, explicó.
Para abordar esta situación, el gobierno podría establecer salarios diferenciados por sectores, ajustándose a la productividad de cada área económica. “Las recomendaciones internacionales sugieren que debe mantenerse aproximadamente un 30% de brecha entre el salario promedio nacional y el salario mínimo”, aclaró la ministra.
Sin embargo, advirtió que el acercamiento del salario mínimo al salario promedio nacional podría generar desproporciones dentro del mercado laboral.