Mario Vargas Llosa, el célebre escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, falleció ayer 13 de abril de 2025 en Lima a los 89 años, rodeado de su familia. Bernardo Neri Farina, presidente de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, reflexionó sobre el impacto de la muerte de Vargas Llosa y su legado en la literatura latinoamericana.
“Es el fin físico de quizás la era más gloriosa de la literatura latinoamericana, de los años 60, en aquel movimiento que se dio a llamar el boom latinoamericano”, afirmó Farina. Vargas Llosa fue el último sobreviviente de un grupo de escritores que revolucionaron la literatura mundial: Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Julio Cortázar.
“Ellos fueron a vivir a Europa buscando proyectar su arte y encontraron la protección y las alas que les dio una mujer muy importante para Latinoamérica, la catalana Carmen Balcells”, explicó.
Farina destacó que el boom latinoamericano no solo se caracterizó por la calidad literaria de sus exponentes, sino también por la comercialización de sus obras, lo que permitió que los escritores latinoamericanos comenzaran a ganar dinero por su trabajo.
“Mario Vargas Llosa, que era más joven de los cuatro, fue el último, el hombre que cerró ese ciclo que nos deja un gran recuerdo”, señaló.
Resaltó el estilo particular de Vargas Llosa, diferenciándolo de García Márquez. "Él era más realista, no tenía la exuberancia de García Márquez. Quizás Vargas Llosa fue más urbano en ese aspecto”, comentó.
Su primera novela, La ciudad y los perros, marcó el inicio de una carrera literaria que abordó temas de conciencia social y política. “En aquel tiempo era hombre de izquierda, y esa conciencia no la perdió nunca, incluso cuando se convirtió a la derecha”, afirmó Farina.
Entre sus obras más destacadas, Farina mencionó El Sueño del Celta, una novela que denuncia el colonialismo belga en el Congo, y Tiempos Recios, que analiza la intervención de Estados Unidos en Centroamérica y la destrucción de los primeros ensayos democráticos en Guatemala.