Los bomberos voluntarios del Paraguay tuvieron que enfrentar varios incendios forestales en los últimos días, que consumieron más de 3.000 hectáreas de tierra en los distritos de Arroyos y Esteros (Cordillera) e Itá (Central).
Según el Capitán Ray Mendoza, el origen del fuego fue la quema de campos para renovar pasturas, una práctica que se descontroló por el cambio del viento.
“En Arroyos pudimos controlar el siniestro, pero en Itá seguimos con algunos focos. Esta mañana realizaremos algunos controles”, dijo.
El capitán explicó que los incendios forestales requieren de más herramientas manuales y de una manera de combatir diferente a los incendios urbanos. “Tenemos que hacer cortafuegos, usar palas, rastrillos, machetes, y trabajar en equipo con los pobladores”, señaló.
Estimó que el incendio en Arroyos afectó unas 800 hectáreas aproximadamente, mientras que en Itá se quemaron unas 2.500 hectáreas.