El viceministro de Rectoría y Vigilancia de la Salud, José Ortellado, informó que los hospitales públicos están recibiendo un gran número de consultas por casos de dengue y COVID-19, lo que genera una situación de saturación y estrés en el sistema sanitario.
Los hospitales de Barrio Obrero, Luque y Villa Elisa son los que presentan mayor demanda de atención, y según Ortellado se está trabajando para ampliar la capacidad de camas y consultorios, así como para clasificar a los pacientes según su nivel de riesgo.
“Es impresionante la cantidad de consultas, no solo por problemas de dengue, también COVID, y también vimos este fin de semana, pacientes, que no son ninguno de esas dos patologías, y que se complican con otros problemas, problemas cerebrales, problemas respiratorios, y hemos dado respuesta, por lo menos, a las extremas urgencias de este fin de semana, colocándolos en pacientes en terapia intensiva”, dijo.
La mayoría de las consultas son por cuadros febriles, que pueden corresponder a dengue o COVID-19, dependiendo de los síntomas asociados. “El cuadro febril que presenta dificultad respiratoria va para COVID, y los otros pacientes que tienen cuadro febril, trastorno gastrointestinal, náuseas o vómitos, dolores abdominales, va para el lado del dengue, porque el tratamiento es diferente y el diagnóstico también es diferente”, indicó.
Actualmente, hay alrededor de 440 personas internadas por dengue, de las cuales 10 o 12 están en terapia intensiva, y el 40% son pacientes pediátricos. Por otro lado, hay 75 personas internadas por COVID-19, de las cuales una está en terapia intensiva.
Para descomprimir la situación en los hospitales, Ortellado anunció que se abrirán más lugares de consultorios, se aumentarán los consultorios nocturnos, que pasaron de 80 mil a 90 mil, y se descentralizará la atención. Además, reconoció que la demanda del servicio creció entre un 25 y un 30% por el dengue, y entre un 13 y un 15% por el COVID-19, lo que representa un incremento de casi el 50% respecto a la demanda normal.