El inicio de clases -este viernes 23- en las escuelas y colegios de gestión pública del país se ve empañado por las precarias condiciones edilicias de las instituciones, que afectan a miles de alumnos y docentes. Así lo denunció Miguel Marecos, presidente del Sindicato de Directores de Instituciones Públicas, quien aseguró que hay 11.000 aulas que necesitan algún tipo de reparación, de las cuales 4.500 están en muy malas condiciones y 200 están clausuradas.
Marecos afirmó que esta situación se viene arrastrando desde administraciones anteriores del Ministerio de Educación y que el reporte que tienen data desde agosto del año pasado. “Es de conocimiento público, las precariedades que estamos teniendo”, expresó.
Además, señaló que hay 30 instituciones que toman agua de tajamar, otras que toman de pozo, 100 que no tienen luz eléctrica, 80 que tienen conexiones clandestinas y 500 que aún tienen baño de letrina. “Ese es el panorama edilicio, por decirlo así”, lamentó.
Sobre el tema de la conectividad, Marecos calificó de “desastre” el convenio que se hizo con Copaco, la empresa estatal de telecomunicaciones, y dijo que “no funciona”. “Esa es nuestra realidad hoy”, indicó.
El presidente del sindicato manifestó que están trabajando con el ministro de Educación, Luis Ramírez, en un proyecto interesante que se firmó con el Ministerio de Obras Públicas, para que este último se encargue de las reparaciones, ya que tiene mayor soporte en términos de recursos humanos.
Sin embargo, criticó que se haya llamado a una licitación por un millón de dólares para hacer un estudio de las necesidades, cuando los directores ya las presentan cada año por microplanificación. “Yo no hubiese hecho eso si fuese el ministro de Obras, de volver a llamar una licitación por un millón de dólares para ver más de lo mismo ahora. Porque se podían haber comprado 17.000 siglas con paupérrimas por ese dinero”, cuestionó.
Marecos describió las condiciones de las aulas que están en muy mal estado y las que están en paupérrimas condiciones. “Están rajadas. Algunas pueden en cualquier momento caer en las tejas”, dijo sobre las primeras. “Es una forma de decir, tanta desidia hay que ya me río de la rabia”, comentó sobre las segundas.
