En declaraciones a Fútbol a lo Grande, Alicio Solalinde fue contundente al afirmar que el problema radica en un “mal manejo en todo sentido, desde arriba para abajo”.
Considera que el plantel actual es “mediocre” y que esto se refleja en el desempeño del equipo. Además, denunció la fuerte influencia de los empresarios en la contratación de jugadores, quienes, a su parecer, no siempre son evaluados adecuadamente por las personas encargadas de tomar las decisiones finales.
Un punto central en su análisis fue la pérdida de respeto hacia Olimpia por parte de otros equipos. “A Olimpia le perdieron el miedo. Se le perdió el respeto”, sentenció, recordando cómo incluso equipos considerados menores ahora se atreven a jugarle de igual a igual.
Ante esta situación, Solalinde recomendó enfáticamente el retorno de Julio César Cáceres como director técnico, recordando la exitosa campaña que realizó con un plantel similar, donde se obtuvieron varios títulos.
Criticó duramente la salida del “Emperador”, atribuyéndola a la influencia del actual gerente deportivo, Carlos Aitor García, de quien desconoce su currículum y cuestiona su idoneidad para el cargo. “No sé por qué está ese señor ahí. Nadie se explica”, manifestó.
Rafael Bobadilla: “Yo lloré luego de la derrota”
Por su parte, Rafael Bobadilla señaló que el problema en Olimpia va más allá del técnico, apuntando a problemas internos y a la calidad de los jugadores. Considera que falta “orden” en todos los sentidos y que hay gente dentro del club que no conoce su historia y que incluso está “manejando el club” de forma perjudicial.
Por último, Bobadilla hizo un llamado a recuperar la identidad y el carácter que siempre caracterizaron a Olimpia. “En Olimpia no hay carácter, no hay huevo”, lamentó, recordando las épocas gloriosas en las que el equipo competía de igual a igual con grandes clubes a nivel mundial.
Visiblemente afectado, el campeón de América con el club confesó haber llorado tras la reciente derrota, reflejando el profundo sentir de los hinchas y exjugadores por la difícil situación que atraviesa el club.