Gustavo Codas, médico urólogo, explicó que aguantarse las ganas de orinar puede generar infecciones urinarias, trastornos en la forma en la que uno orina y empeorar los síntomas prostáticos.
“La orina debe correr, si uno se aguanta por mucho tiempo, podría producir infecciones como la cistitis, piedra en la vesícula y otros problemas”, aclaró.