El doctor Adolfo Borges, experto en toxicología de animales venenosos e investigador del Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC), alertó sobre la falta de antídotos adecuados para tratar las picaduras y mordeduras de escorpiones, arañas y víboras en Paraguay. Según el especialista, el país depende de productos importados cuya eficacia contra las especies locales es desconocida o parcial.
Borges resaltó la importancia de fabricar antídotos ajustados a la biodiversidad del Paraguay, no solo para los escorpiones sino también para las arañas y las víboras. “Debo enfatizar que Paraguay es el único país de la región que no fabrica sus propios antídotos”, afirmó.
Explicó que en un estudio publicado en el año 2020, se demostró que el antídoto importado de Argentina -contra el veneno de escorpión- solo logra una neutralización parcial. “Eso ameritaría que se fabricara un antídoto ajustado a la toxicología de las especies autóctonas de Paraguay”, remarcó.
Borges indicó que el CEDIC está en el proceso de implementar la producción de antídotos en el país, con el apoyo de instituciones extranjeras y la solicitud de fondos públicos. “Tenemos el recurso humano, tenemos la infraestructura”, dijo.
Estimó que para producir un primer lote de suero antiescorpiónico efectivo en el país se necesitaría una inversión de unos 500 mil dólares. “La inversión, desde el punto de vista del beneficio para la salud pública, es baja”, opinó.
Los efectos del veneno de escorpión en el organismo humano pueden ser fatales si no se aplica el antídoto rápidamente. “El escorpión inyecta una milésima de lo que puede inyectar una víbora y ese veneno actúa en minutos, sobre todo en víctimas vulnerables como niños, y ataca justamente el mecanismo de funcionamiento del sistema nervioso”, detalló el investigador.
Señaló que el veneno produce una descarga masiva de neurotransmisores, lo que afecta a todos los sistemas interconectados, especialmente al sistema cardiopulmonar. “La muerte suele ocurrir por edema agudo del pulmón”, advirtió.
