En los últimos diez años, el costo de vida en Paraguay aumentó considerablemente, afectando el poder adquisitivo de los trabajadores. Ibarrola explicó que la comparación no se hizo con el salario mínimo, sino con el salario promedio general de la población ocupada, considerando la inflación acumulada durante el período analizado. “Lo que se hace es descontar la inflación año a año y conectar mejor el poder adquisitivo”, afirmó.
Para su estudio, utilizó datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), accediendo a los microdatos disponibles y realizando distintos cruces estadísticos.
El economista indicó que el análisis consideró diferentes categorías de trabajadores, incluyendo obreros privados, empleados públicos, contratistas, empleados domésticos y trabajadores informales. “Cuando vas haciendo más cortes o distintas categorías, la cosa va cambiando”, explicó.
Señaló que los funcionarios públicos tienden a tener un mayor nivel educativo y más años de experiencia laboral, lo que influye en sus ingresos. “Para hacer una comparación equitativa, uno tiene que agarrar el mismo perfil y compararlo con un trabajador privado formal con año de experiencia similar, año de estudio similar, mismo sector”, detalló.
El estudio abarcó el período 2015-2024 y luego fue actualizado hasta el primer trimestre de 2025, incorporando los últimos datos disponibles del INE. Ibarrola informó que, en promedio, el poder adquisitivo de los trabajadores se redujo un 7% en la última década. “Si vamos abriendo en categoría, vemos que el empleado privado perdió 4%, el cuentapropista perdió 18%, el doméstico 8%”, precisó.
El único grupo que experimentó una leve mejora en su poder adquisitivo fueron los empleados públicos, con un aumento del 2,5%. A pesar de esta diferencia, la tendencia general muestra una caída en la capacidad de compra de la mayoría de los trabajadores. “El resto fueron para abajo en poder adquisitivo”, concluyó el economista.
El incremento de los precios de alimentos y transporte representa un desafío para los hogares paraguayos, que deben ajustar sus gastos a una realidad económica más exigente. Ibarrola destacó que la combinación de inflación y salarios estancados ha generado una presión sobre las finanzas familiares.
“El promedio de pérdida del poder adquisitivo es del 7%, lo que refleja que el ingreso real de los trabajadores no ha acompañado el incremento de los costos básicos”, aclaró.
