Samer Alwazir, ciudadano palestino nicaragüense que vive en el norte de la ciudad ocupada de Gaza, denunció que la población continúa viviendo en zozobra a pesar del acuerdo de cese al fuego anunciado por las partes en conflicto. El residente explicó que los ataques no cesaron por completo y que la situación humanitaria sigue siendo crítica, con escasa ayuda alimentaria y una economía local devastada.
“Ayer atacaron dos pequeños municipios, murió mucha gente”, relató Alwazir. El ciudadano afirmó que, aunque las autoridades anunciaron que no habría nuevos ataques, la población no confía en la estabilidad del acuerdo. “Hoy supuestamente no volverán a atacar, pero la situación es muy volátil”, advirtió. Según explicó, el miedo persiste entre los habitantes y no existe garantía de respeto a la vida humana. “Hay miedo. No hay respeto a la vida humana”, expresó.
Describió un panorama de destrucción total en los sectores productivos. “En cuanto a agricultura y ganadería, todo fue destruido”, afirmó. El residente explicó que no existe forma de generar alimentos dentro del país, lo que obliga a depender de la ayuda internacional. “No hay cómo generar dentro del país”, lamentó.
Respecto a la asistencia humanitaria, denunció que los compromisos no se cumplieron en su totalidad. “Hoy los camiones de comida están entrando, pero no como deberían”, señaló. El ciudadano explicó que las autoridades acordaron el ingreso de 600 camiones, pero solo permitieron el paso de 300. “Acordaron 600, pero solamente entran 300”, precisó.
Alwazir también compartió su experiencia personal. “Yo vine aquí en el 2021, iba a volver en el 2024, pero lamentablemente en 2023 explotó la guerra”, relató. El ciudadano explicó que intentó salir de Gaza en varias ocasiones, pero la frontera permanece cerrada. “Hace rato que estoy intentando, pero la frontera está cerrada”, afirmó.
