El directivo, quien estuvo acompañado de los trofeos en la entrevista para Fútbol a lo Grande por Radio Monumental, afirmó sentirse “muy feliz” debido a que la dedicación y el empeño invertidos fueron totalmente recompensados.
La conquista del campeonato de Clausura es crucial, ya que posiciona al equipo como Paraguay 1 para la venidera Copa Libertadores. Este estatus se logró tras acumular una ventaja de 15 puntos sobre Libertad en la tabla anual, un hecho considerado histórico, dado que Libertad es reconocido como uno de los clubes más exitosos del siglo. Detrás de este objetivo principal, el equipo logró asegurar la Supercopa, un título que el club ya pudo añadir a sus vitrinas a pesar de los pocos años de existencia de dicho torneo.
Zapag confía en que el plantel actual, con pocos refuerzos adicionales, se convertirá en un protagonista principal de la Copa Libertadores 2026, buscando saldar la “asignatura pendiente” del club en el ámbito continental.
La decisión estratégica del cuerpo técnico
Al abordar la trayectoria del equipo, Zapag reflexionó sobre la necesidad de mayor consistencia, señalando que la falta de regularidad en el rendimiento propio puede ser perjudicial, aunque la inconstancia de los rivales a veces ayuda. A pesar de haber tenido opciones de coronarse campeón en tres de los últimos cinco torneos, la falta de continuidad no lo permitió.
Una de las decisiones clave para asegurar los títulos fue la modificación estratégica en la dirección técnica. Según Zapag, aunque Diego Martínez estaba realizando una labor aceptable, se percibía la necesidad de un empuje final para alcanzar el objetivo. La llegada de Jorge Bava fue oportuna y generó una revitalización en el equipo. A pesar de que Bava efectuó cambios mínimos, inyectó una chispa y un espíritu renovado al grupo, utilizando su experiencia previa en el fútbol paraguayo y su cercanía como excolega de los jugadores, lo cual resultó fundamental para superar al rival en la recta final.
El cierre de ciclo presidencial
Para Zapag, su culminación de gestión con estos dos campeonatos tiene un significado personal inmenso, siendo mucho más emotivo que despedirse sin trofeos. A pesar de los cánticos de los jugadores implorándole que se quedara (“Presi no se va”), el directivo reafirmó su compromiso de retirarse, prometiendo ser ahora un “observador”. No obstante, enfatizó la importancia de la cercanía con el plantel, el cumplimiento y la presencia constante como elementos base del éxito. Además, destacó la complejidad de administrar el club, señalando que requiere capacidad y no es comparable a manejar una tienda pequeña.