Tavarelli, en charla con Fútbol a lo Grande, centró su discurso en la falta de criterio consistente en la aplicación de las reglas de juego. Cuestionó por qué los árbitros cumplen las reglas en algunos partidos y en otros no, exigiendo que estas se ejecuten “de la misma manera y con el mismo criterio en todos los partidos”.
Entre las situaciones específicas que generaron su indignación se mencionó un penal que no fue sancionado a favor del equipo de Nacional. No obstante, el incidente más detallado fue la expulsión del jugador Hugo Iván Valdez.
La polémica por la expulsión de Valdez
Respecto a la temprana expulsión del atacante, Tavarelli reconoció que el propio jugador admitió haber cometido una “estupidez”. Sin embargo, el “Mono” sostuvo que esta acción no era merecedora de la tarjeta roja, sino que el árbitro debió haber sacado una tarjeta amarilla para “solucionar el problema”.
El exarquero señaló que, si bien el jugador pudo haberse equivocado o dejado llevar por la picardía de un rival, la decisión arbitral no se ajustó a lo que él considera la correcta aplicación de las reglas.
El “Comandante” Arturo Máximo Rubín le comentó que Enrique Sánchez, presidente de Nacional, había reconocido que la expulsión de Valdez había estado “bien”. Tavarelli desestimó este comentario, argumentando que el reconocimiento de una persona sobre un interés propio no debe ser un parámetro para evaluar la calidad del arbitraje.
La “mediocridad del fútbol paraguayo”
Para Tavarelli, la irregularidad en la dirección de los partidos trasciende los resultados y apunta a la “mediocridad del fútbol paraguayo” y, específicamente, a la “mediocridad del arbitraje paraguayo”.
Argumentó que la falta de un buen espectáculo y las controversias arbitrales son las razones por las cuales la gente está dejando de asistir a la cancha.
A pesar de ser acusado por el “Comandante” de estar “vestido de Olimpia” y de tener un discurso “anti-Cerro”, Tavarelli insistió en que su crítica se enfoca en la falta de criterio y el mal arbitraje, si bien más tarde afirmó hacerse cargo de que sus palabras puedan interpretarse como “anti-Cerro”.