El director general administrativo del Senado, Rubén Vázquez, explicó los motivos que llevaron a la institución a adquirir 221 sillas por un valor de 6 millones de guaraníes cada una, ante las críticas y cuestionamientos de la ciudadanía. Según mencionó, las sillas que se están usando actualmente en el Senado “superaron su vida útil”, ya que tienen más de 20 años de uso continuado, cuando lo recomendable es de 5 a 10 años.
“Nosotros, por ley, estamos autorizados a gastar x porcentaje no más en reparaciones. Por ejemplo, si la silla cuesta 6 millones, y la reparación del amortiguador, lo que sea, va a costar 4 millones, lógicamente, eso no está permitido. Y reiterativamente, si yo cada año estoy reparando, y la sumatoria de cada 5 años, cada 3 años gasto 3 millones en la reparación, estoy violando la ley. Entonces, tengo un límite”, argumentó.
Vázquez indicó que el principal problema que presentan las sillas actuales es el mecanismo de amortiguación, que ya no tiene repuestos en Paraguay y que puede causar accidentes a los prlamentarios o visitantes del Congreso. “Esa es la parte que decidió por fin decir, no tiene solución, no tiene arreglo. Eso nomás es el corazón del tema”, afirmó.
El director aseguró que el proceso de compra de las nuevas sillas fue largo y transparente, y que no hubo ninguna presión política para realizarlo. “Esto tiene un proceso largo. Primero se justifica, se pide, pasa por varios filtros, después hay que pedir el plan financiero, hay que pedir el plan de caja, hay que hacer la cotización, preparar el pliego”, detalló.
Vázquez informó que las 221 sillas que se adquirieron se distribuirán entre el Senado (48), Diputados (83) y la Bicameral (125), y que son de alta calidad y durabilidad, capaces de soportar más de 100 kilos de peso.
