Balotta coincide con la necesidad de “levantar la oferta al plantel”, señalando que aquellos jugadores que no muestren compromiso deberán afrontar su futuro fuera del club.
El exdirectivo enfatizó que la directiva acertó al no guardarse la información y al hacer depender la renovación o continuidad de los contratos exclusivamente del rendimiento en la cancha, un proceder “lógico que se hacen todos los equipos del mundo”. “El que quiere ponerse el traje se pone, el que no, bueno, ya sabe su futuro”, sentenció Balotta.
El análisis de la situación actual apunta a una severa falta de compromiso, pues muchos jugadores “no saben lo que representa Olimpia ni a lo mejor conocen la historia”. Además, Balotta observó un “desgano total” en la cancha y la ausencia de la responsabilidad que exige la camiseta.
Factores que agravan la crisis
La crisis deportiva de Olimpia no solo se refleja en la falta de resultados, lo que ha llevado a cambiar a cuatro técnicos, según Balotta, el “fusible más barato”, sino también en problemas estructurales. El empresario mencionó que la pretemporada se hizo “muy mal o se hizo muy light”, y que el plantel actual “no aguanta todo un partido”.
A nivel institucional y económico, la situación se complica. El hecho de no jugar en Para Uno es un “problema gravísimo” que afecta a la afición. Además, la directiva actual tiene un oscuro panorama en cuanto a los ingresos, ya que la ausencia en la Copa Libertadores (prácticamente fuera del torneo), elimina una fuente importante de ingresos y visibilidad.
El exdirectivo franjeado aseguró que los propios jugadores se están “desmonetizando” (perdiendo valor) debido a la situación del equipo, lo que dificulta que equipos del exterior se fijen en ellos.
Balotta también criticó las decisiones de contratación, calificando como “exagerada” la cantidad de 15 jugadores que se trajeron en un semestre, muchos de los cuales ni siquiera aparecen en el equipo. Argumentó que Olimpia no puede ser el “cementerio de jugadores”.
Ante este panorama, Balotta considera que la actual situación, en la que están “tocando fondo”, requiere una “gran sacudida” para empezar de vuelta. El exdirectivo recordó la crisis del año 2014, cuando asumieron con $36 millones en deudas y un plantel que no rendía, pero lograron renovar y salir adelante, un precedente que da esperanza para la actual directiva olimpista.