Paredes manifestó su falta de confianza en el TSJE, tanto con máquinas como sin ellas. La legisladora interpreta la explicación de los ministros del TSJE sobre las “dudas generadas sobre las licitaciones” como una “simple excusa” para retomar el negocio del alquiler de máquinas, una práctica que, según ella, siempre han mantenido.
Estima que el alquiler de las máquinas representa un negocio de USD 23 a 25 millones por evento. Cuestionó la necesidad de alquilar software extranjero, afirmando que expertos en Paraguay le han dicho que “se pueden hacer perfectamente” en el país.
La senadora también destacó la preocupación por la falta de acceso al código fuente y a los niveles de seguridad de las máquinas alquiladas, lo que para ella, “está teñido de negro” y constituye un “negocio turbio”.
Según Paredes, la decisión del TSJE no solo es lucrativa económicamente, sino que también tiene implicaciones políticas directas. Afirma que el sistema de alquiler le “conviene a los ministros” y al “oficialismo”, lo que les permitiría manejar los resultados.
Denunció que el TSJE siempre les ha puesto “obstáculos” y se ha reunido por separado con la oposición y con el Partido Colorado, teniendo un “discurso diferente”.