Una organización civil reveló este martes que los “pasajeros fantasmas” gastaron casi G.2.400 millones en unidades del transporte público. Además, explicó la vinculación presunta entre esta situación y las reguladas.
La Organización de Pasajeros del Área Metropolitana de Asunción (Opama) publicó este martes un resumen del análisis de datos del sistema de billetaje electrónico que revela que los “pasajeros fantasmas” pagaron casi G. 2.400 millones por el transporte público.
El informe revela movimientos llamativos de los supuestos usuarios, según explicó Mauricio Maluff Masi, miembro de la organización Opama.
El documento señala que una tarjeta pagó más de G. 50 millones en aproximadamente un año. Además, la misma tarjeta gastó G. 7.600.0000 en un solo mes, lo que equivale a más 100 viajes por día todos los días.
“Son casi G. 2.400 millones, que reflejan el monto total gastado por las tarjetas que a nosotros nos parece muy sospechoso. Son tarjetas con las que se realizaron más de 1.500 viajes en el periodo que analizamos. Muchas de ellas, con muchísimos viajes en un día. Una de ellas en un domingo realizó 600 y pico viajes, 160 viajes en una hora ese mismo día. Llama la atención, porque no puede ser un uso normal de esa tarjeta”, manifestó Maluff Masi.
Tras la denuncia ciudadana por el mal servicio de transporte público, el Viceministerio de Transporte remitió un informe al Ministerio Público que revela validaciones “fantasmas” con la tarjeta de pago, pasándola por el lector y simulando el pago de pasajeros que no existen.
Son 26.000 las transacciones de este tipo detectadas por la institución y equivalen a unos G. 52 millones.
En redes sociales se viralizó un video de un chofer pasando la tarjeta por el lector reiteradas veces.
Pasajeros fantasmas y reguladas
Maluff Masi expuso la supuesta relación entre la validación con el billetaje electrónico de pasajeros que no existe y la regulada de buses.
“Ponele que yo soy transportista y tengo un bus que no funciona o me parece que no va a ser suficientemente lucrativo sacar ese bus a la calle en tal horario, o tengo cualquier otro motivo para no sacar mi bus. Entonces yo simplemente dejo el bus en la parada y voy pasando la tarjeta o que se vaya en círculo”, explicó.
“Un caso tenemos entre Itauguá y Capiatá, la tarjeta que más gastó en todo el año gastó G. 50 millones. Todos sus pasajes fueron cobrados en un pequeño círculo entre Itauguá y Capiatá. Es un verdadero fanático del transporte público o es una forma de mantener un bus funcionando según lo que puede saber el Viceministerio, marca como si estuviese cumpliendo sus obligaciones y de paso recibe un beneficio en forma de subsidio por ese servicio que no está funcionando realmente”.
