El maltrato infantil puede dejar secuelas físicas y psicológicas que afectan el desarrollo de los niños y niñas, incluso si no recuerdan los hechos. Así lo afirmó el doctor Héctor Castro, director del Hospital Pediátrico Acosta Ñu.
El especialista explicó que el entorno familiar es determinante para el comportamiento y la salud de los menores, y que es importante realizar el control del niño sano en los primeros años de vida, para detectar posibles signos de daño que puedan pasar desapercibidos.
“Hay situaciones de recuerdo que el niño, por debajo de los tres años, no lo recordará. Sin embargo, hay daños que pueden aparecer ya ahí y obviamente después, en una evaluación mucho más profunda, se podría encontrar la causa original”, dijo.
Castro se refirió al caso de un niño de un año y dos meses que fue golpeado por su niñera en Loma Plata, Chaco, y que fue denunciado por su padre, quien observó cambios en la conducta y el ánimo de su hijo. Según el médico, el niño pudo haber sufrido una ruptura de la confianza que tenía con su cuidadora, lo que le generó temor e inestabilidad.
“Imagínense que en ese marco de confianza que tiene el niño en su desarrollo madurativo, una persona que lo considera ya de extrema confianza de su entorno íntimo recibe una agresión, obviamente ahí hay una absoluta inestabilidad en ese sentido”, remarcó.
Señaló que hay situaciones que el niño puede no recordar por una cuestión de desarrollo madurativo psíquico, pero que pueden dejar estigmas que causen daño en la edad adulta.
También mencionó que hay momentos quirúrgicos que el niño puede olvidar, pero que luego los recuerda en la edad escolar, por lo que es importante acompañarlo en esas circunstancias de ansiedad o incertidumbre.