El criminólogo Juan Martens analizó la seguidilla de asesinatos ocurridos en menos de 48 horas en Pedro Juan Caballero, capital del departamento de Amambay, y afirmó que los hechos se vinculan tanto con el crimen organizado como con la banalidad del delito. El especialista explicó que la transición en la dirección policial generó un vacío de control que fue aprovechado por grupos criminales para ejecutar ajustes de cuentas.
“Lo que sí veo es que en esta transición entre el nuevo director de policía, el que se fue Ignacio Muñoz y el que llegó, no hubo tiempo de poner orden”, declaró Martens. Sostuvo que ese momento de cambio institucional permitió que se concretaran varios sicariatos. “Sí había una oportunidad de producir estos sicariatos”, afirmó.
Martens explicó que históricamente los jefes policiales en zonas de frontera negociaron con empresarios del crimen organizado para evitar que los homicidios se produzcan en áreas urbanas. “Muchas veces autoriza uso de armas cortas, prohíbe fusiles, que las muertes no se den en Pedro Juan, en todo caso en municipios aledaños”, señaló. El especialista indicó que esas negociaciones buscaban contener la violencia dentro de ciertos límites.
“Nosotros llegamos a tal punto en donde para evitar este tipo de situaciones, los directores de policía negocian directamente con los patrones”, sostuvo. Martens aclaró que se refería a “empresarios del crimen organizado” y que la salida de Muñoz y el ingreso de un nuevo jefe policial generaron una “ventanita” que fue aprovechada para resolver disputas pendientes. “Se podrían resolver estas disputas que se fueron dando”, explicó.
Analizó los casos recientes y afirmó que todos guardaron relación con la criminalidad organizada. “Guardan todo relación con la criminalidad organizada, resolución de problemas, problemas antiguos”, indicó. En el caso del asesinato ocurrido en el estacionamiento del Shopping China, Martens explicó que la víctima fue citada desde Capitán Bado para ser ejecutada en Pedro Juan. “No lo mataban en Capitán Bado, le citaron en Pedro Juan, le matan en Pedro Juan”, relató.
Advirtió sobre otro fenómeno que afecta a la ciudad: la banalidad del crimen. “Se dieron también otros asesinatos que no están vinculados con el crimen organizado”, señaló. El criminólogo explicó que la disponibilidad de recursos para contratar sicarios convirtió conflictos menores en homicidios. “Un problema que puede ser baladí y que en otros lugares se solucionan de una manera diferente, allí… se contrata y se mata gente”, afirmó.
Indicó que contratar un sicario en Pedro Juan Caballero puede costar apenas un millón de guaraníes. “Te pueden matar por un millón de guaraníes”, advirtió. Martens explicó que los sicarios actúan con total impunidad, especialmente cuando la víctima no representa una amenaza. “Todavía si es banalidad del crimen, que no representa ninguna amenaza para el sicario”, dijo.
El criminólogo analizó imágenes de circuito cerrado y describió la mecánica de los ataques. “Uno de los sicarios que entra lo hace con un tal, porque sabía que no iba a haber reacción del otro lado”, explicó. El atacante ingresó, ejecutó a la víctima y se retiró en apenas ocho segundos. “Entra, mata, y sale como si nada”, relató. Martens concluyó que el sicariato se convirtió en “un trabajo fácil” y, por tanto, “tampoco es caro”.