“Lo primero que hay que hacer es levantar la edad jubilatoria”, sostuvo Ferreira al analizar las distorsiones que afectan actualmente el sistema. Subrayó que existen “ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda luz” en cuanto al acceso a la jubilación, señalando que las diferencias entre los regímenes del sector público y del privado han generado una situación insostenible tanto desde el punto de vista fiscal como desde el principio de equidad.
Explicó que hoy en día un maestro del sector público podía jubilarse a los 45 o 47 años, mientras que uno del sector privado debía esperar hasta los 65. “Creo que esas no son condiciones razonables”, opinó. En este sentido, calificó el diseño actual como una estructura que responde más a “preferencias personales” que a criterios matemáticos. “Este es un tema matemático, este no es un tema de que yo quiero o no quiero, o que me gusta o que no me gusta”, añadió.
Apuntó contra los regímenes especiales de policías y militares, reconociendo que allí se concentran complejidades adicionales. Detalló que cuando un miembro de estas fuerzas asciende al rango de jefe, el personal más antiguo pasa al retiro y continúa cobrando en función del sueldo de un activo, lo que genera presiones económicas permanentes. “Ese más antiguo sigue cobrando en función del sueldo del activo”, denunció, y consideró que la dinámica actual “trunca carreras que podrían seguir creciendo”.
En cuanto al financiamiento del sistema, el exministro fue contundente: “No hay plata que alcance”. Usó el ejemplo de un maestro que se jubila a los 47 años tras 25 años de aportes. Ferreira recordó que la esperanza de vida en Paraguay ronda los 72 años, por lo que ese beneficiario pasaría otros 25 años recibiendo pensión. “Aportó 14% durante 25 años y tiene que cobrar 83% durante 25 años”, explicó, planteando que el sistema no resiste esa ecuación sin un aumento significativo en las tasas de aporte o una reforma estructural.
También rechazó la idea de que el Estado pueda equilibrar por sí solo el déficit mediante su rol como patronal. “Muchas veces se dice que el Estado también tiene que aportar como patronal, y si bien eso puede ser cierto, este no es el caso”, manifestó. Subrayó que incluso si el Estado duplicara su esfuerzo, el desequilibrio persistiría mientras se mantenga la brecha entre lo aportado y lo recibido. “Si querés cobrar 83%, tenés que aportar también 83% como mínimo”, afirmó.
El exministro remarcó que los años de aporte no pueden ser inferiores a un número que garantice sustentabilidad. “Creo que también hay que pensar seriamente en los años de aporte”, declaró. Además, propuso revisar las posibilidades de reinserción laboral para los jubilados tempranos, especialmente en profesiones con alta concentración en el sector público, como la docencia, donde existen más de 90.000 trabajadores públicos frente a solo 8.000 en el sector privado.