La fiscal Angélica Arriola, titular de la Unidad Especializada de Delitos Ambientales N.º 2 de Itapúa, confirmó que el Ministerio Público inició una investigación formal sobre los desmayos inexplicables registrados en el Colegio María Edith Armoa de Ibarra, ubicado en la localidad de Capitán Meza. La representante del Ministerio Público se constituyó en el lugar junto a su equipo en cumplimiento del calendario de turno, con el objetivo de interiorizarse sobre los hechos ocurridos el pasado 24 de septiembre.
“Nos constituimos en el colegio María Edith Armoa de Ibarra, que estaba ubicado en la localidad de Capitán Meza, a los efectos de interiorizarnos de lo ocurrido”, declaró Arriola. La denuncia ingresó oficialmente al Ministerio Público el 1 de octubre, aunque el episodio inicial se produjo una semana antes, en horas de la tarde. Según la supervisora escolar de la zona, trece personas presentaron síntomas similares, entre ellos alumnos de entre doce y dieciséis años, la directora del colegio y una hermana de la directora.
La fiscal relató que el primer grupo afectado incluyó a tres alumnos que, tras el almuerzo escolar, comenzaron a manifestar dolor de cabeza, sensación de sed y enrojecimiento ocular. “Primeramente, tres alumnos presentaron dolor de cabeza, sensación de sed, enrojecimiento de ojo. Inmediatamente los derivaron a un centro asistencial”, explicó. Al día siguiente, no se registraron nuevos casos, pero el 25 de septiembre, ocho alumnos más presentaron los mismos síntomas.
Arriola describió que los síntomas fueron intensos y generaron alarma entre los docentes. “La explicación que me dio la profesora era como que los niños tenían epilepsia. Era muy desesperante, según refirió la profesora y la directora del lugar”, señaló. La directora de la institución también se desvaneció y fue atendida médicamente, al igual que su hermana.
El director de la Séptima Región Sanitaria de Itapúa, doctor Jorge Acuña, informó que los exámenes toxicológicos realizados hasta el momento arrojaron resultados negativos. “Los médicos no saben la causa de esto, clínicamente no”, confirmó Arriola. La fiscal indicó que la sintomatología no fue generalizada, aunque sí se repitió en varios casos con características similares.
Durante la inspección, el equipo fiscal detectó que el colegio se encuentra rodeado por una parcela agrícola de aproximadamente 24 hectáreas de cultivo de soja. “Lo que detectamos a prima facie es que el colegio se encuentra rodeado por parcela agrícola que cuenta aproximadamente con veinticuatro hectáreas de soja”, afirmó Arriola. El Ministerio Público ordenó el levantamiento de muestras de agua y solicitó estudios laboratoriales para determinar si existe algún vínculo entre los cultivos y los síntomas presentados por los alumnos.
Hasta el momento, dos estudiantes continúan internados bajo observación médica. La fiscalía aguarda los resultados de los análisis ambientales para avanzar en la investigación.