El comisario Diosnel Alarcón, jefe de Cibercrimen, confirmó que el principal implicado fue un exfuncionario del área de sistemas, quien accedió de forma indebida a una “caja común” de billeteras electrónicas asociadas a líneas dadas de baja, y transfirió más de G. 100 millones a cuentas de familiares y conocidos.
“La denuncia ingresó desde la compañía telefónica. Detectaron movimientos sospechosos en una billetera electrónica que almacena saldos residuales de líneas recicladas o dadas de baja”, explicó Alarcón. El exfuncionario, que había trabajado en la empresa hasta hace un año, utilizó su conocimiento del sistema para crear billeteras falsas y desviar sistemáticamente los fondos.
La investigación duró casi un mes, y permitió identificar que el exfuncionario realizó más de 25 transferencias a una billetera electrónica vinculada a su primo, quien recibió más de G. 50 millones. “Lo más llamativo fue la cantidad de transferencias a una sola billetera. Los demás implicados recibieron montos menores, en lo que llamamos ‘pitufeo’”, detalló el comisario.
El esquema se basó en la acumulación de pequeños saldos que quedaban en las líneas dadas de baja. “Cuando un cliente cambia de operadora y deja un saldo de G. 5.000 o G. 3.000, ese dinero queda en la caja común hasta que sea reclamado. Pero si nadie lo reclama, se acumula”, explicó Alarcón.
El equipo de Cibercrimen logró rastrear las billeteras electrónicas, los números de dispositivos utilizados, y las ubicaciones desde donde operaban los implicados. “La trazabilidad fue buena. Pudimos identificar qué tipo de teléfono se usó, si era un Samsung, qué número estaba asociado y desde dónde se realizaron las operaciones”, afirmó el comisario.
Los investigadores detectaron que el exfuncionario involucró a familiares y conocidos, quienes recibieron parte del dinero transferido. “Hoy se detuvo al exfuncionario y a su primo. Además, se incautaron evidencias electrónicas y se detuvo a otras cuatro personas. Una quinta está siendo capturada en este momento”, confirmó Alarcón.
La “caja común” mencionada por el comisario es una billetera electrónica interna, utilizada por la compañía para almacenar saldos de líneas desactivadas. “Cuando el cliente reclama, se le devuelve el saldo. Pero si no lo hace, el dinero queda disponible en esa billetera”, explicó.
El comisario destacó que la vulnerabilidad del sistema permitió el acceso indebido, y que la empresa colaboró activamente en la investigación. “La compañía denunció el hecho y aportó los datos necesarios para identificar al responsable”, sostuvo.