“Estamos en esta lucha que cada vez se estaba haciendo un poquito más larga. Nosotros estamos luchando cada día porque esto es algo muy difícil de verdad”, expresó la madre.
Bianca nació con 36 semanas de gestación, luego de un embarazo complicado por amenaza de parto prematuro. “Ella nació con treinta y seis semanas. Aguantó muy bien al principio”, recordó Roldán. Sin embargo, a los cuatro meses, la madre notó que su hija se agitaba al respirar y se tornaba azulada, lo que la llevó a consultar con un médico.
El profesional diagnosticó una miocardiopatía y confirmó que el corazón de Bianca ya estaba muy comprometido, incluso desde ese momento temprano. “Su corazoncito estaba ya bastante mal en ese entonces”, explicó.
En noviembre de 2023, tras varios estudios realizados en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu, los médicos informaron que no existía un tratamiento médico que pudiera revertir el deterioro cardíaco. “Nos dijeron que ya no había tratamiento que podría solucionar ese problema. Tuvieron que ingresarla a la lista de espera por un trasplante”, dijo.
La cardiopatía de Bianca no responde a terapias convencionales, lo que la clasifica como una enfermedad terminal de evolución progresiva, según el equipo médico que la atiende.
Roldán reveló que Bianca tenía una ‘hermana mayor’ llamada Wendy, quien falleció hace cinco meses, a los cinco años de edad, por la misma enfermedad. “Esperábamos que no sea algo congénito, pero era así. Jamás pensamos ni siquiera un poco volver a pasar por esto”, contó.
Actualmente, Bianca permanece en estado delicado bajo monitoreo médico. Su madre, junto a familiares, mantiene activa la esperanza de recibir un órgano compatible y continuar la vida que apenas comenzó. “Estamos acá luchando cada día. Es algo muy fuerte”, reafirmó.