La legisladora describió el ambiente como “muy desagradable para trabajar” y acusó a la mayoría oficialista de utilizar su poder para intimidar y callar a los opositores.
Paredes reaccionó a las declaraciones del presidente de la República, quien calificó a la mayoría parlamentaria como una “aplanadora buena”. La senadora reconoció que la mayoría tenía derecho a someter temas a votación, pero criticó las prácticas de presión que acompañaron ese poder.
“Está bien que sea la aplanadora, sometamos a voto lo que quieran y ganarán seguramente. Pero lo que me irritó profundamente fue esa amenaza sutil de que si hablás, te sacan tus trapitos sucios”, expresó.
La senadora citó como ejemplo el caso de los legisladores Éver Villalba y Celeste Amarilla, quienes fueron blanco de filtraciones y ataques personales ante el pedido de desafuero de Noelia Cabrera. “Me dio la pauta de que están hurgando en nuestras vidas. Eso me colmó el vaso”, afirmó.
Sostuvo que el Congreso debe ser un lugar de trabajo, pero que el clima actual impide ejercer la función legislativa con libertad. “Yo me fui para trabajar. Estoy cobrando un sueldo que la ciudadanía me paga y tengo que producir. En ese ambiente, se volvió insoportable”, lamentó.
También denunció que existe una operación sistemática de chantaje, con funcionarios presuntamente pagados para recopilar información sensible que luego se utilizó para presionar o desacreditar a legisladores.
“Esa fue la sensación que me dejaron estos días. Hay gente afuera que accedió a información sensible, mientras yo, senadora de la nación, no pude acceder a nada”, reclamó.
Paredes advirtió que la estrategia busca “domar” a los legisladores, y que la dignidad de las personas es arrojada “a los cerdos”. “Eso me reveló. Tiene como finalidad callarnos, domesticarnos. Y si estoy expuesta a eso, que sea lo que Dios quiera, pero no voy a entregar mi bandera”, afirmó.
Reconoció que existen silencios que llaman la atención, tanto en la oposición como en el oficialismo. “Ahí todos estamos amenazados. Porque el ‘patrón del mal’, si un día amanece de culo le echa a cualquiera”, dijo, en referencia a Horacio Cartes, líder del movimiento Honor Colorado.
La legisladora recordó que la modificación del reglamento interno del Senado, que permite expulsar a legisladores con 30 votos, fue aprobada por cartistas y opositores, todos bajo el mismo temor.
“Todos vivieron con miedo. Y si vivieron con miedo los cartistas que tienen grandes negocios, que sigan con miedo. Yo no tengo un puto negocio en el Estado y no estoy lucrando con el dinero público. Hay una gran diferencia ahí”, concluyó.