Ambos senadores coincidieron en que el caso fue utilizado como maniobra política para frenar el avance del libelo acusatorio contra Cabrera Petters, quien fue denunciada por nepotismo y planillerismo.
Cogliolo, hijo de una sobrina del fallecido dirigente Franklin Anki Boccia, trabaja en el equipo del senador Villalba y fue vinculado al entorno de Amarilla por su cercanía política.
Villalba reconoció que escuchó rumores la semana anterior, pero no creyó que el cartismo usaría el caso como maniobra de distracción. “Había comentario de pasillos la semana pasada, pero no creí que iban a usar esto para distraer”, afirmó.
El senador defendió la contratación de Cogliolo y sostuvo que fue una decisión personal. “Es mi responsabilidad, es mi compañero en la política. Trabajamos juntos para llegar. Llegamos. Es alguien de confianza, un chico dedicado, estudioso, preparado”, explicó.
Villalba negó que existiera tráfico de influencia y aseguró que no hubo cobro indebido. “Martín no cobró de más. Se le descontó los días que estuvo en Brasil. Y los otros días que estuvo en Rusia tuvo permiso por capacitación real”, sostuvo.
También aclaró que el formulario F-16 no es una orden de trabajo, sino una descripción de actividades diarias. “Martín asumió su responsabilidad. Olvidó consignar los permisos que tuvo. Talento Humano hizo la liquidación de acuerdo a las resoluciones y permisos otorgados por el presidente del Congreso”, explicó.
Sobre la supuesta filtración de un libelo acusatorio, Villalba consideró que el documento fue preparado en chats y no tuvo validez formal. “No hablé con nadie del Partido Colorado. Estoy muy tranquilo. Hay que analizar dónde está el tráfico de influencia”, expresó.
Por su parte, la senadora Celeste Amarilla relató que advirtió a Villalba desde el inicio que la contratación de Cogliolo podría complicarla políticamente. “Yo le dije: esto me va a complicar a mí. Nadie va a decir que le metiste vos, van a decir que le metí yo”, recordó.
Amarilla explicó que el funcionario ya estaba contratado el día que juraron como senadores, y que ella bajó la guardia al asumir que el vínculo ya era conocido públicamente. “Ya era parte de mi paisaje ese chico. Realmente es de lo peorcito que me pasó hasta ahora”, lamentó.
La senadora expresó su frustración ante la posibilidad de que Cogliolo haya cometido errores de marcación. “Nosotros no tenemos que cometer errores. Todo lo que está ahí a explicar ya no se cree. Espero que no sea cierto, espero que sea un error”, dijo.
También denunció que el caso fue guardado como un elemento político para atacarla, especialmente durante el proceso de expulsión de la senadora Kattya González. “Este era un elemento contra mí. Lo que pasa es que no podían probar nada, entonces fueron primero por Kattya”, afirmó.
Sobre el efecto del escándalo en el proceso de pérdida de investidura contra Noelia Cabrera Petters, Amarilla reconoció que la intención fue asustarla, pero aseguró que no se detendría. “Así me echen como a Kattya, no hay ningún problema. El problema que yo tengo no es esto, el problema es que no tengo 11 firmas para pedir el tratamiento”, explicó.
La senadora reveló que la bancada opositora aún no reunió las firmas necesarias, a pesar de contar con 13 miembros. “Ahí quizá entre también la mano negra”, advirtió.
